Con apenas 10 años, José André Montaño es un niño prodigio boliviano, quien toca el piano, la batería, la armónica y ha logrado conquistar al público en Washington, Estados Unidos, donde participa como invitado en un grupo de Jazz que debutó el pasado viernes en el Kennedy Center de la capital norteamericana y en el Auditorio Preston del Banco Mundial. A pesar de que José André es no vidente de nacimiento y padece de una leve parálisis cerebral, se inició el la música a los tres años, toca el piano desde sus 5 años, y ya lanzó su primer disco donde la mayor parte de los temas fueron compuestos por él mismo. Además, actualmente dirige a su propio trío de jazz. Uno de sus sueños de José André es llegar a ser como Chick Corea, uno de sus ídolos en el jazz.